Luis Vargas Torres

Luis Vargas Torres.

Revolucionario, político y militar ecuatoriano

Biografía.

Luis Vargas Torres (Esmeraldas, Ecuador, 1855-Cuenca, Ecuador, 20 de marzo de 1887) fue un revolucionario, político y militar ecuatoriano clave en la Revolución liberal de Eloy Alfaro. Nació en Esmeraldas, hijo de José Vargas y de Delfina Torres de la Carrera. Quedó huérfano de padre a muy temprana edad, y fue enviado a Quito a realizar sus estudios. Sus hermanos fueron los héroes liberales Pedro, José María, Clemente y Carlos Concha Torres.

Ingresó en el Seminario Mayor de Quito, donde siguió la carrera eclesiástica hasta 1878 hasta su pérdida de fe en las instituciones eclesiásticas. Se trasladó a Lima donde ingresaría en la Logia Masónica Orden y Libertad.

Durante el régimen dictatorial del general Veintemilla, en 1880, se instaló en Guayaquil, donde se dedicó con éxito a los negocios junto a Domingo Avellaneda. En 1882, conoció sobre la muerte de su hermano Clemente en levantamiento revolucionario y abandonó los negocios al conocer que Eloy Alfaro planeaba desde su exilio en Panamá, adonde viajó para reunirse con él y ofreció todo su dinero para la compra de armamentos con que respaldar los movimientos revolucionarios.

Vargas Torres regresó al Ecuador acompañado del Crnel. José Martínez, Medardo Alfaro, José Gabriel Moncayo y otros liberales, trayendo cerca de 200 rifles y gran cantidad de municiones con las que desembarcaron en las costas de Esmeraldas. Tras organizar una pequeña fuerza de voluntarios marcharon sobre la capital de la provincia que estaba resguardada por una fuerza aproximada de 300 elementos del ejército de Veintemilla.

A finales de 1886, Alfaro le encomienda la invasión de Ecuador desde Piura, para avanzar hacia Loja y finalmente proclama la Jefatura de Eloy Alfaro en Catacocha. Loja cae en poder de los revolucionarios, pero fue reconquistada por el coronel Vega Muñoz. Vargas Torres es hecho prisionero y es condenado a muerte junto a sus principales seguidores. Aunque tuvo la posibilidad de salvar la vida cuando su hermano le hizo salir de la cárcel, decidió volver a la misma para no abandonar a sus compañeros.

Fue fusilado el 20 de marzo de 1887 en la Plaza Mayor de Cuenca, sin dar la espalda al pelotón de ejecución y sin permitir que le vendaran los ojos. La noche anterior había escrito algunas cartas de despedida y un mensaje titulado "Al borde de mi tumba".

Al triunfar la Revolución Liberal en 1895, sus restos fueron trasladados a Guayaquil y, en 1953, a Esmeraldas, donde hoy reposan.